REHABILITACION
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OBRA EDIFICIO DE CORRALA EN LA CALLE DEL AMPARO, 62
(Repotaje sacado de la Revista bia nº 219 mayo-junio 2002, http://biadigital.aparejadoresmadrid.net/images/flex/219-2002-03de06-v10/index.php)
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FICHA TÉCNICAPromotor: Empresa Municipal de la Vivienda del Ayuntamiento de Madrid. Divisiónde Rehabilitación.
Autor del Proyecto: Valentín Berriochoa Sánchez-Moreno, doctor arquitecto.
Dirección Facultativa: Valentín Berriochoa Sánchez-Moreno y Víctor BerriochoaSánchez-Moreno, arquitectos; Pascual Úbeda de Mingo, arquitecto técnicoy doctor en Sociología.
Empresa Constructora: Castellana Leonesa de Construcciones S.A.
Jefe de Obra: José Manuel Montoro, arquitecto técnico.
Fecha del Proyecto: junio 1999.
Fecha de terminación: julio 2001.
Superficie construida: 1.153 m2.
Presupuesto de la obra: 140.389.057 pesetas.
Coste unitario: 121.760 ptas/m2.
Destino: Viviendas y locales en venta.
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Este edificio al que la Empresa Municipal de la Vivienda ha sometido a una rehabilitación integral, se sitúa en el Distrito Municipal de Centro, barrio
de Embajadores, sector de Lavapiés, y por tanto está incluido en el primer recinto de expansión del Casco Histórico, formado por fincas de pequeña fachada y gran fondo, que forman manzanas de edificación cerrada. De carácter eminentemente
residencial, se integran en la zona edificios de arquitectura tradicional con tres, cuatro o cinco alturas sobre rasante. Bien equipada en cuanto al pequeño y mediano comercio en locales de planta baja, fundamentalmente en la Plaza de Lavapiés
y las calle de Tribulete y Sombrerete y complementada por el mercado de San Fernando, en la Plaza de Agustín Lara. El edificio está en la manzana que inscriben las calles del Amparo, Tribulete, Sombrerete y Mesón de Paredes, y tiene una fachada de 14 m de frente y un fondo medio de 34 m. Cuenta con planta baja, planta primera y planta segunda, y posee la tipología característica de corrala, con cuerpo delantero y patio con corredor
al fondo. La fecha de inicial construcción del edificio es del primer tercio del siglo XIX, con las características constructivas propias de la época.
Su estado de conservación era extremadamente
precario, con graves patologías que afectaban a los elementos estructurales y al deficiente grado de habitabilidad de las viviendas.
ANTECENDENTES HISTÓRICOS
Consultados los antecedentes existentes en el Archivo de la Villa de Madrid, se obtuvieron datos del expediente relativo a la calle de la Comadre nº 64, antigua denominación de la actual calle del Amparo nº 62. El expediente se inicia con fecha 14 de febrero de 1852, y contiene la documentación de solicitud de Licencia para la ampliación en una planta de un edificio existente. La solicitud viene firmada por
el propietario Don Vicente Bueno y se acompaña de un dibujo del alzado de la fachada, firmado por Don
Juan Esteban Puerta, sin más descripción ni gráfica ni escrita de la planta de distribución ni del desarrollo
constructivo.
La Licencia se concedió con fecha 22 de mayo de
1852, con un informe del arquitecto municipal.
Por el expediente mencionado, sabemos que en el solar existía un edificio anterior que solamente tenía a
fachada de calle planta baja y planta primera. De este edificio anterior no constan datos documentales en el Archivo de la Villa. Ha sido posible rastrear los restos que se manifiestaban en el edificio de esta primera construcción, la cual podía apreciarse por la diferencia en los entramados y viguerías de la estructura de madera, siendo la disposición de los forjados algo diferentes en las dos plantas más bajas
que en la planta tercera del edificio.
Como es normal en la época, el expediente administrativo no incluía más elemento gráfico que el plano de alzado simplificado de la fachada a la calle.
La distribución interior ni se mencionaba, la cual se ejecutaba siguiendo las reglas del oficio.
La configuración del edificio, al menos en su cuerpo
delantero, correspondía por tanto a la ampliación realizada en 1852. Con toda probabilidad, el cuerpo de la corrala del fondo del solar pertenece a esta misma campaña de trabajos, y como tal ha llegado básicamente a nuestros días.
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SOLUCIÓN EJECUTADA
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Según explica Valentín Berriochoa, arquitecto autor
del proyecto, el criterio de la intervención sobre el edificio ha sido la rehabilitación integral, conservando el modelo tipológico, manteniendo la fachada, el trazado de la estructura, la escalera, el trazado de la corrala y su entramado de madera en el patio.
Dentro de la envolvente construida se han distribuido
las viviendas adaptadas al cuerpo delantero y al fondo de la corrala, con un programa de un solo dormitorio, estar, cocina y baño, ventilando a fachada o al corredor del patio.
La conservación estructural se ha realizado con los
oportunos trabajos de saneamiento, labores de recalce y refuerzo estructural, realizando las oportunas sustituciones en aquellos casos en que ha sido necesario.
La renovación de elementos estructurales se ha realizado por tramos y por sectores, desmontando los deteriorados y levantando los nuevos elementos.
Se han realizado las oportunas labores de recalce y
reparación del muro de fachada, manteniendo el trazado original de los huecos y balcones y reponiendo las fábricas colapsadas y el revestimiento
de revoco con las técnicas tradicionales.
La cubierta ha sido desmontada rehaciendo los faldones con nuevos elementos estructurales, añadiendo elementos de aislamiento térmico y con el acabado exterior de teja cerámica curva.
Se ha restaurado la cornisa de madera en el frente de la fachada a la calle manteniendo el trazado de la existente.
Ha sido necesario desmontar por tramos el entramado de madera que configura el frente de la corrala, y volverlo a montar con la misma configuración original.
Los maderos estaban deteriorados de tal manera,
que fue preciso sustituirlos por nueva madera.
Se ha reconstruido el antepecho de los corredores con entramado de madera y entrepaños de ladrillo a panderete revestido de revoco.
Se ha introducido un ascensor situado junto a la escalera, con acceso desde el corredor del patio.
Para dar cumplimiento a la normativa de protección contra incendios, se ha añadido una segunda
escalera en el testero del fondo del patio, de tal
manera que entre la escalera existente en el cuerpo delantero y la nueva escalera en el cuerpo trasero se alcanzan los recorridos de evacuación exigibles.
En las áreas resultantes del trazado estructural del
edificio, se ha realizado la distribución de las nuevas
viviendas con ventilación a la fachada o al patio de la
corrala.
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En planta baja se han mantenido los huecos originales de la fachada y la puerta de acceso al portal.
En el interior de la planta, se distribuye el acceso a la
finca y el paso al patio de corrala con los preceptivos
locales para cuarto de servicios e instalaciones. En ambos costados de la planta se sitúan dos locales comerciales, con acceso desde la calle.
CONSERVACIÓN DEL MODELO TIPOLOGICO DE LA CORRALA
Destaca Valentín Berriochoa que “en el barrio de Embajadores, y en concreto en los alrededores de la Plaza de Lavapiés, se localizan las mayor parte de las viejas corralas, que responden a un modo de habitar y de convivir nacido en las zonas artesanales
del viejo Madrid.
Este modelo de edificio se configura en solares de poco frente a la calle y gran fondo al interior de la manzana, con la presencia de un cuerpo delantero a la calle y un patio interior alrededor del cual se distribuyen los cuartos habitables, con un aseo
compartido en los corredores.
El modo de habitar y de convivir en estas viviendas,
con su extrema precariedad de servicios higiénicos, ha producido el abandono y la ruina de gran parte de estos edificios, sometidos por vía de la renovación urbana a un proceso casi imparable de demolición y reconstrucción con trazados de nueva planta que sustituyen a los modelos históricos”.
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Las gentes que construyeron estas viviendas y que habitaron en ellas pertenecen a pasadas generaciones, y como tal cabe preguntarse por la razón que anima el intento de conservar la configuración de estos viejos edificios en nuestros días.
En opinión del arquitecto autor del proyecto, “la conservación de los cascos históricos de nuestras ciudades precisa sin duda de la restauración y puesta en valor de las nobles arquitecturas de los singulares edificios históricos que pudieran existir, pero fundamentalmente precisa de la mejora de las condiciones de habitabilidad del caserío común
que caracteriza y genera la vida activa de la trama urbana.
Los viejos edificios de las viviendas pertenecen al
tramado histórico, y su conservación debe no sólo
mantener la forma envolvente de su aspecto externo,
como una piel ajena al contenido espacial de sus interiores, por el solo objetivo adapde no introducir variaciones en el escenario urbano”.
Lo cierto es que el trazado de las viejas corralas tiene una limitada capacidad de adaptación, transformando los viejos "cuartos" en viviendas
contemporáneas, en el justo equilibrio entre lo privado y lo compartido, sin desdibujar el trazado constructivo que las caracteriza.
En este sentido, Valentín Berriochoa opina que “la actuación sobre la Corrala de la calle Amparo nº 62 de Madrid tiene un valor de singular importancia, en tanto que conserva didácticamente un modelo histórico, con su presencia identificable a la calle y con sus cualidades de organización interna,
introduciendo la adaptación de las particiones de
los iniciales cuartos para transformarlos en viviendas
con los servicios que corres ponden a los modos de habitar contemporáneos”.
PROCESO CONSTRUCTIVO
Pascual Úbeda de Mingo, arquitecto técnico de la Dirección Facultativa, explica que la corrala se encontraba en condiciones deplorables (por lo que hubo que realizar un levantamiento minucioso),
con problemas con las medianerías colindantes, a
media ladera y con filtraciones de agua.
Destaca que la parte anterior del edificio estaba
construida con tapial. “Aunque sorprenda, todavía
existen en Madrid este tipo de casas, por lo que es interesante conocer este tipo de sistema constructivo y su comportamiento para poder actuar sobre ellas”.
Considera Pascual Úbeda que la “casa de corredor” es prácticamente la casa griega cerrada en torno a un patio, que pasa a Roma y se expande durante siglos por el Mediterráneo, y en la Península Ibérica sobre todo en Andalucía, donde pasa a América
a través de Canarias y también al el norte de la Península, asentándose en Madrid en el XVIII y el XIX, por emigraciones de la población ubicada al norte de Despeñaperros. Pero esa casa de
corredor es también europea, y puede encontrarse en París, en ciudades italianas, en Londres, en Viena... En España sube prácticamente hasta el Duero. Aunque la casa de corredor se va adapde
tando a cada zona en la utilización de los materiales, una característica común es el uso de la madera.
Se trata de una solución arquitectónica hasta cierto
punto válida, “incluso en la actualidad”.
NUEVA CIMENTACIÓN
El edificio objeto de la intervención se ubicaba sobre terreno echadizo, lo que obligó al uso de micropilotes
formando trípodes, realizados por Piresa.
Los encepados de la zona central sirvieron de base para meter piezas inclinadas o tornapuntas, y así sujetar las medianerías, pues al excavar, la cimentación del edificio colindante de la parte superior de la ladera quedaba en el aire. “Este
tipo de rehabilitaciones siempre dan lugar a problemas en su entorno, pero gracias a la empresa Castellana Leonesa de Construcciones, S.A., y al arquitecto técnico Jefe de Obra allí destacado,
José Manuel Montoro, se consiguió hacer la misma
cumpliendo los plazos establecidos.
La labor de la constructora ha sido impecable
EL PROBLEMA DE LA DEMOLICIÓN
Advierte Pascual Úbeda del problema que plantea en las rehabilitaciones del casco viejo la demolición, “que se va a llevar una parte importante del presupuesto”. En este caso no fue posible mecanizar
el traslado horizontal de escombros, ya que la parte de la fachada actuaba de barrera, lo que ha supuesto que la demolición haya alcanzado el 14,86% del coste total de la obra. “Esto demuestra que en este tipo de edificios y situaciones nos encontraremos con un coste de demolición exageradamente elevado (entre el 13 y el 15%)”.
Destaca el arquitecto técnico de la Dirección Facultativa la colaboración con el arquitecto técnico de la constructora José Manuel Montoro, y la arquitecto técnico de la Empresa Municipal de la Vivienda Victoria Peña, quien con su buen hacer facilitó toda la labor administrativa.
“La obra funcinó bien gracias a esta intercomunicación y al entendimiento en el objetivo común, pues al final las obras las hacen las personas”.
CONTROL DE CALIDAD
Para la realización del Libro del Edificio se ha recopilado meticulosamente todo el proceso, aplicando el método A.R.O., consistente en el control exhaustivo, mediante la división de todos los elementos de la obra en unidades conflictivas, susceptibles de control de ejecución. “El resultado de la aplicación del método es siempre muy positivo
en cuanto a la calidad de la obra final, y así ha sido
también en este caso”.
Ha aprovechado también Pascual Úbeda la obra para proponer un estudio al objeto de profundizar en los aspectos sociológicos de este tipo de vivienda, “pues lacorrala tiene una serie de virtualidades de convivencia, por las interrelaciones que se establecen en este corredor que al tiempo une a todos.
Por ello me he ofrecido desinteresadamente a la Empresa Municipal de la Vivienda para realizar un trabajo de antropología, encaminado a comprobar su validez en la sociedad actual.
La prueba de su interés es que todos los hoteles modernos se están proyectando con una especie de gran hall en toda su altura y corredores alrededor a los que dan las habitaciones. Y eso es la corrala, con la única diferencia de que el patio común en los
hoteles está cubierto”.
MATERIALES
Empleando materiales actuales, forjados autárquicos, estructura de hormigón y metálica en combinación con la madera, el arquitecto técnico se ocupó de encontrar una madera estabilizada para el telar de la corrala, a fin de evitar las típicas fisuras verticales
por los cambios de temperatura. “En Madrid, en
los meses de diciembre y enero la madera capta aproximadamente el 15% de su peso en agua, y en junio y agosto se reduce al 8%.
El efecto de esa diferencia se traduce en reviramientos longitudinales de las escuadrías y en la creación de hendiduras.
En lugar de pino, se ha empleado el abeto, otra conífera más estable, a pesar de lo cual se ha producido algún pequeño problema. Hay que tener muy presente en las rehabilitaciones de edificios de estas épocas que el comportamiento de la madera
actual es muy distinto al de entonces, por el diferente
sistema de secado.
En consecuencia, se debe tener cuidado con el empleo de estos materiales”.
La existencia de filtraciones de agua ha obligado también a poner especial cuidado en la impermeabilización del edificio, para lo cual se ha
optado por elevar la planta baja, mediante un forjado sanitario, para que la humedad no se transmita, e impermeabilizar la media ladera del lateral.
El tradicional empleo en Madrid de la losa de granito
tosca, hoy ya casi imposible, se ha sustituido por un granito muy parecido que se obtiene a 60 kms. al sur de Toledo, en Ventas con Peñaaguilera, donde la Cooperativa de Ntra. Sra. del Águila nos ha facilitado un granito de un aspecto espléndido, uniforme, no brillante, flambeado y cortado longitudinalmente
para hacer más regular el patio. Se ha sustituido un material clásico de las corralas, el baldosín de Ariza,
que fue la primera cerámica prensada, por un gres
con una textura y un cromatismo muy parecido.”
Las corralas clásicas se trataban con yeso negro lavado, lo que daba muchos problemas con el exterior, paliados por una lechada de cal con sal gorda como mordiente.
En esta intervención se ha optado por un enfoscado fino, con una pintura al cemento portland y con un color muy estudiado y consensuado.
Tanto el arquitecto técnico como el arquitecto autor del proyecto han prestado mucha dedicación a los colores y texturas. “El interés de Berriochoa por este aspecto es tradicional, y tiene un fiel exponente
en la Plaza Mayor de Madrid.
Hemos realizado amplios recorridos por las zonas aledañas, con estudio de numerosas fachadas. Con
la empresa de revocos procedente de Ávila Julio Barbero Moreno, se realizaron pruebas hasta conseguir el color de la fachada, con el despiece a la madrileña y el acabado a martillina, con sillares que emergen, etc.
A partir de la amplia información recabada, y dentro de las limitaciones citadas, se ha buscado “el respeto máximo a la corrala del siglo XIX, aunque se hayan introducido, por imperativos de normativa,
nuevos elementos, como la escalera del fondo y el ascensor, y se hayan redistribuido las estancias, consiguiendo viviendas adaptadas a las necesidades actuales”.
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